Culmina exitosamente la III Muestra Pictórica "Palacio de los Tribunales" 2012
21.09.12, de DICOMI-SCJ.- Entre los días 10 al 21 de setiembre del corriente se llevó a cabo la "III Muestra Pictórica" de los Operadores del Sistema de Justicia 2012.
Con gran concurrencia finalizó la exposición realizada en la planta baja del Palacio de los Tribunales. Una vez más resultó una experiencia muy exitosa que logró prestigiar la imagen pública de los servidores de la Justicia, mostrándolos en su dimensión humana enriquesida a través de la creación artística.
La Muestra fue organizada por la Suprema Corte de Justicia a través de la División Comunicación Institucional - Departamento de Protocolo y Relaciones Públicas
Desde aquí se agradece a todos los que participaron de una u otra forma en este emprendimiento. Con el aporte generoso de muchos fue posible llevar a cabo con éxito este proyecto que, poco a poco, se va convirtiendo en un referente artístico de la Institución.
Si bien queda claro que la labor elemental de los servicios de Justicia es juzgar y hacer ejecutar lo juzgado, la promoción y defensa de los bienes culturales no es una actividad ajena al Poder Judicial, como tampoco lo es para el resto del Estado (arts. 33 y 34 de la Constitución). Por el contrario, los antecedentes en este marco de actividades resultan muy ilustrativos. Referimos a los ejemplos representados por la actividad desarrollada en el Día del Patrimonio Nacional, o los conciertos musicales que se brindaban años atrás en el mismo Palacio Piria.
La gestión de bienes culturales consiste , esencialmente, en un proceso en el cual intervienen dos actores centrales: el creador y su gestor. Para este caso concreto, los creadores resultan vinculados al ámbito judicial por su actividad laboral (jueces, fiscales, defensores, ex magistrados) y ofrecen libremente a la institución la posibilidad de exhibir su obra artística sin otro compromiso que el de cuidar de las mismas durante el tiempo de exhibición.
Por otro lado, el Poder Judicial en su rol de gestor tiene la oportunidad de acercar los bienes culturales a la comunidad para la cual tienen sentido y relevancia, cumpliendo con las funciones básicas de sensibilizar y entretener a un mismo tiempo. De este modo el gestor facilita el desarrollo de interacciones sociales que resultan provechosas, prestigiando la imagen de sus funcionarios en el plano de los valores humanos.