Búsqueda: Entrevista a la Dra. Verónica Scavone

Lunes, 24 Marzo 2025

Poder Judicial ofrece formación a jueces sobre sesgos y prejuicios, para que “no condicionen” sus sentencias

Por Macarena Saavedra

Para la directora del Centro de Estudios Judiciales del Uruguay (CEJU), Verónica Scavone, “saber derecho es una condición indispensable para ser juez”, pero también son necesarios otros atributos adicionales, porque la carrera universitaria “no te transforma en una persona ajena de preconceptos y prejuicios, que conoce la realidad y tiene habilidades para comunicarse”. A partir de ese diagnóstico, en la escuela judicial para los magistrados, defensores públicos, procuradores y mediadores de conflictos del Poder Judicial —y también para los abogados que aspiran a trabajar en algunos de esos roles— desde el año pasado comenzaron a incorporar instancias de formación en áreas como las habilidades socioemocionales.

En la grilla de 37 cursos y talleres en los cuales pueden inscribirse los jueces durante el 2025, por ejemplo, hay algunos sobre sesgos y prejuicios, comunicación interpersonal para trabajar en equipo o de herramientas concretas para el trabajo en los juzgados con competencia en género. También hay un taller sobre el lenguaje claro que deberían utilizar los magistrados y otro sobre su vinculación con los medios de comunicación y las redes sociales.

Estas opciones se suman a formaciones sobre juzgar con perspectiva de género, valoración de la prueba en el abuso sexual infantil o mitos y verdades de la prueba digital, que es la que surge de los dispositivos tecnológicos como los celulares y las computadoras. Además, están los cursos más tradicionales sobre cuestiones del proceso penal, civil o laboral.

Las escuelas judiciales “tenemos que ser motores para generar un pensamiento crítico”, porque “tomar decisiones que afectan la vida de las personas es una tarea ardua”, dijo la directora del CEJU a Búsqueda. Como ejemplo de esta línea de trabajo, se refirió al curso denominado “La valoración de la prueba en el proceso jurisdiccional. Los desafíos frente a los estereotipos, prejuicios y sesgos”, que dictarán en agosto Lucía Fernández, Alberto Reyes e Ignacio Soba.

“Los jueces vivimos en una sociedad, estamos insertos y tenemos un conjunto de creencias”, pero “es necesario desenmascararlas” para que “los sesgos y prejuicios no condicionen” al emitir el fallo, para “dejarlos de lado” al momento de resolver en un proceso. Esto, agregó, es “de suma importancia” y se vincula con la imparcialidad y la motivación de las sentencias.

Soba dijo a Búsqueda que en décadas pasadas “no se veía con tanta claridad”, pero el juez “es una persona que vive en sociedad y en una cultura determinada” y en el proceso que lleva a la toma de decisiones, es decir, “a aplicar el derecho”, influyen “muchos factores y no es una decisión meramente racional”. A través del curso se planteará a los jueces que aprendan a reconocer esas situaciones —como los sesgos, las emociones o la discriminación— que “pueden llevar a cometer errores”.

“Los jueces deben encontrar herramientas para mejorar la toma de decisiones”, aseguró.

El manejo del poder

En los últimos años, el Poder Judicial estuvo marcado por lo sucedido a partir de denuncias por acoso y violencia laboral en la Dirección General de Servicios Administrativos, que derivó en varias renuncias y luego en la condena en la Justicia de la exdirectora y un actuario de esa dependencia. También está en curso un sumario contra la directora del Servicio de Abogacía, y hubo otros casos de menor envergadura.

Sobre este tipo de situaciones, la directora del CEJU dijo que “no condicionan” los cursos y talleres que se ofrecen para los magistrados, pero “siempre preocupan”, porque el juez es representante del Poder Judicial y al actuar de esa manera —en situaciones de destrato, de dificultades en la comunicación y dificultades para relacionarse— “genera un daño que hay que evitar”. Contó que están evaluando incluir un taller específico. “No se nos forma para ser gerentes o líderes”, indicó Scavone, por lo que intentan, en las diferentes materias, abordar la temática del manejo del poder, que “atraviesa a todos” y “no siempre es fácil de manejar”.

“Hay gente que lo hace muy bien, pero también se han dado algunos desbordes”, consideró.

Casi 1.000 inscriptos

Este año, las inscripciones para la formación del CEJU comenzaron el 10 de marzo y en los primeros días se apuntaron 532 magistrados, 383 defensores públicos y procuradores, además de 36 mediadores, según datos aportados por el CEJU a Búsqueda. Las inscripciones se cierran 48 horas antes de que comience el curso o taller.

Según informa el Poder Judicial a través de la página web, la capacitación continua de los jueces procura “fortalecer las competencias de los magistrados en la práctica profesional ante reformas legislativas” o “nuevas tendencias doctrinarias”. Además de los magistrados, los abogados de oficio, procuradores y mediadores en funciones deben realizar un mínimo de 20 horas obligatorias anuales de formación. El programa es elaborado a partir de un diagnóstico de las necesidades de capacitación, que incluye una encuesta a todos los funcionarios.

“Los fenómenos jurídicos son muy complejos”, dijo Scavone, por lo que los cursos que se ofrecen este año incorporan profesionales de otras ciencias, como antropólogos, médicos, psicólogos, psiquiatras y contadores, para tener “una mirada más global”.

En el caso del programa de formación de aspirantes para los abogados que pretenden ingresar a la carrera judicial, Scavone señaló que detectaron que “la profesión de juez, o lo que se necesita para serlo, es muy específico y no se enseña, salvo algunas materias opcionales, en las facultades”, por lo que “el objetivo de la escuela judicial es exponer clases que complementen la formación jurídica”. No obstante, consideró que “quizás habría que formar” sobre cuestiones vinculadas a las habilidades socioemocionales en la carrera universitaria.

Uno de los talleres para aspirantes es sobre la “lectura ecuánime”, una metodología que funciona como un entrenamiento de la imaginación para dar profundidad a los casos en los que trabajan los magistrados. “Al juez le llegan relatos del caso, no tiene la chance de vivir o de conocer a la persona en profundidad. Entonces, el entrenamiento tiene que ver con tener una mirada más imaginativa y tener una actitud hacia la historia que le permita al juez sospechar de sus propios prejuicios”, explicó a Búsqueda la doctora en Filosofía Helena Modzelewski, quien dará el taller.

Luego, el objetivo es que “ante la percepción de que tiene un prejuicio, pueda estar abierto a pensar alternativas”, y “con práctica grupal es posible volverse consciente de lo que se piensa”. De alguna forma, explicó, es “poder dialogar con los relatos sabiendo que todos somos víctimas de los prejuicios y los sesgos” para “juzgar con más riqueza, no desde una postura cerrada”.

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Lunes, 24 Marzo 2025