La vocación nació de a poco, recuerda Eduardo Turell al dejar la magistratura en la que sirvió por más de 44 años
El Dr. Eduardo Turell Araquistain cesó hoy en el desempeño de su cargo como integrante de la Suprema Corte de Justicia por haber alcanzado el límite de edad establecido en el artículo 250 de la Constitución de la República para el ejercicio de la magistratura.
Turell presidió la Suprema Corte de Justicia en 2019.
Días antes de su cese, en el marco de una breve entrevista para este portal noticioso, compartió algunas recuerdos y apreciaciones sobre sus años de servicio en el Poder Judicial.
¿Cuándo se hizo evidente su vocación por la magistratura y cuáles fueron las circunstancias de dicha opción?
La vocación por la Magistratura se fue definiendo de a poco.
La elección por el Bachillerato de Derecho estuvo orientada, inicialmente, a continuar en estudios de Historia.
Fue sobre el final de esos años de Preparatorios que resolví ingresar a la Facultad de Derecho.
Siendo estudiante trabajé durante tres años en dos estudios jurídicos sin que me reportara satisfacción plena.
Lo que determinó el ingreso a la carrera judicial en el año 1976 y fue decisivo para definir mi vocación un breve pasaje por la Inspección de los Juzgados de Paz. Durante ese tiempo – años 1978 a 1980 – añoré mi actividad como Juez y motivó mi reingreso a la función jurisdiccional.
¿Cuántos años sirvió en el Poder Judicial?
Desde el 8 de setiembre de 1976, es decir 44 años y algo más.
¿Hay algún destino que tuvo como juez que le merezca especial reflexión o puntual memoria?
Todos los destinos tuvieron, en mayor o menor grado, incidencia en mi vida profesional.
De los aciertos o errores siempre saqué enseñanzas y reflexiones.
No quiero citar lugares específicos u oficinas concretas, porque puedo omitir algún nombre o circunstancia lo que sería injusto.
Pero tengo muy presentes el compromiso y generosidad de muchísimos funcionarios,actuarios y secretarios letrados; el rigor técnico de profesionales y la actitud proactiva de Colegios de Abogados.
Con muchos de ellos aún mantengo, a pesar de la distancia y el tiempo, relaciones de amistad que parten de los lazos de cooperación trabados en esos momentos.
¿Podría nombrar algún juez o profesional del Derecho que le haya servido de inspiración en algún momento de su carrera?
En realidad no podría hablar exactamente de inspiración, aunque muchos profesionales han dejado una huella.
En el marco de mi alejamiento del Poder Judicial una mirada hacia el pasado ha significado reconocer cuanto han contribuido docentes y colegas en la construcción de mi vida profesional.
Es posible que en esta respuesta incurra en olvidos no merecidos, aún a riesgo de eso me atreveré a algunos nombres.
Durante la formación como abogado recuerdo en particular a aquellos que nos motivaban al desarrollo del pensamiento jurídico (Dres. Horacio Cassinelli, José Korzeniak, Dante Barrios de Angelis, Luciano Macedo) y al énfasis en el necesario respeto que debía rodear el trato con justiciables (Dr. Adolfo Gelsi Bidart).
Más adelante, ya recibido y en ejercicio de la magistratura tuve el honor de conocer y ser alumno a través del Ceju de los Dres. Enrique Véscovi y Jorge Gamarra. Es forzoso reconocer en ellos la constancia de su trabajo a lo largo de los años, la riqueza de sus aportes en doctrina, la generosidad en el ejercicio de la docencia.
Todos ellos ejemplos de dedicación docente y profesional.
El Poder Judicial ha contado y cuenta entre sus integrantes con destacados Magistrados.
Sin desmedro de las figuras de ellos, siempre sentí especial reverencia por el Dr. Eduardo Brito del Pino, sea como Magistrado sea como directivo de la Asociación de Magistrados.
Siempre admiré la claridad de su pensamiemto y la sencillez de su exposición.
¿Qué reflexión compartiría con los jóvenes que hoy están pensando en ingresar a la magistratura?
Compartiría con los estudiantes y profesionales que aspiran a ingresar a la Magistratura los mismos conceptos que desarrollé en oportunidad de participar en el acto de apertura de cursos del Ceju en el año 2019.
En la mencionada instancia, el Dr. Eduardo Turell dirigió un breve discurso a quienes concurrieron a la ceremonia cumplido en el Centro de Estudios Judiciales del Uruguay (en el piso 6 del Palacio de los Tribunales). Allí hizo propias las palabras que el Dr. García Otero dirigiera a los aspirantes a la magistratura del año 2003, señalando las responsabilidades que se asumen y las características de independencia exterior e interna al momento de adoptar una decisión, sobriedad en el ejercicio del poder, austeridad, moderación y respeto frente a los demás tanto en la vida pública como en la privada.
Y agregó una cita textual del ilustre magistrado, diciendo a los futuros jueces: “se están preparando para una tarea de hombres, no de dioses, que les requerirá sacrificios, les generará amarguras, frustraciones a veces, recompensas espirituales otras”.
“Efectivamente es así”, continúa el Dr. Turell en su discurso de 2019, advirtiendo a los aspirantes que “sufrirán desarraigo, habrán de alejarse de sus lugares de origen, arrastrarán a sus familias o se distanciarán de ellas cuando no es posible que los acompañen, se verán enfrentados a realidades distintas según los destinos, no imaginen que al final de la jornada de oficina volverán a sus casas libres de cuestiones a estudiar o decidir, más aún algunas noches conciliar el sueño no les resultará fácil”.
Y cerró su reflexión con una mensaje esperanzador, asegurando que “esta encrucijada no es difícil si ustedes enfrentan la tarea con vocación”.