Informe sobre error en entrega de cuerpos de la morgue revela que no hubo velatorios indebidos
Un informe elaborado por la Directora del Departamento de Medicina Forense (Morgue Judicial) dependiente del Instituto Técnico Forense (ITF) estableció que el reciente error padecido al entregar un cadáver por otro no generó indebidos rituales velatorios como lo relataron algunos trascendidos de prensa.
El 23 de mayo en horas de la mañana se entregó equivocadamente a la empresa Fúnebre M. el cuerpo de L.A.G.R. (71 años) en lugar de O.G.F. (83 años).
Una vez advertido el error, se dio prioridad a la situación procediéndose a obtener las órdenes correspondientes para exhumar el cuerpo de L.A.G.R. que fue ubicado en el sector B tubular nº 1491 para luego se inhumado en el lugar correcto.
Si bien es cierto que el primer apellido de las personas fallecidas era coincidente, ni los dos auxiliares del Poder Judicial ni los dos funcionarios de la Empresa M. notaron que el nombre de pila y segundo apellido recogido en la etiqueta de identificación del cádaver no se correspondía con el requerido.
O.G.F. (83 años) vivía en una pensión y no tenía familia, por lo que no hubo un velatorio equivocado del cadáver de L.A.G.R. (71 años, suicidio por arma de fuego), el cual fuera entregado erróneamente en lugar del primero.
La Directora del Departamento de Medicina Forense dialogó con hija de L.A.G.R. para explicarle las circunstancias del error padecido, haciendo énfasis en que la confusión ocurrió respecto de alguien que no tenía familiares, por lo que no se produjo ningún ritual velatorio indebido con el cuerpo de su padre.
Finalmente, el informe concluye que el error no se debió a inconvenientes en el sistema de identificación de los cadáveres, sino a la inadvertencia del personal que intervino en el proceso.
Sin perjuicio de lo reseñado, la Dirección General de los Servicios Administrativos ha dispuesto que se trabaje en el perfeccionamiento del sistema de identificación de cadáveres, incorporando mayores controles y elementos tecnológicos de identificación (como por ejemplo chips subcutáneos) para así mitigar los riesgos asociados al factor humano y evitar que en el futuro ocurran eventos de similar entidad.